El alejamiento de Maduro con el Partido Comunista de Venezuela y figuras vinculadas al chavismo que le critican puede abrir el camino para una alianza del antimadurismo de cara a las elecciones presidenciales de 2024.
Gustavo Ocando Álex | Voz de América
El presidente Nicolás Maduro se ha apartado progresivamente de un sector de la izquierda venezolana y, con ello, su piso político se erosiona y pierde una influencia “relativa” de cara a las próximas elecciones presidenciales, según analistas y activistas del marxismo local.
A principios de febrero, el mandatario venezolano atacó en público a los dirigentes de lo que llamó una “izquierda cobarde, derrotada, fracasada”.
Sus comentarios ocurren días luego de que los presidentes de Chile y Perú, Gabriel Boric y Pedro Castillo, respectivamente, valoraran que su par venezolano ha causado un retroceso democrático “brutal” y echaran tierra de por medio con él.
Maduro, sin embargo, lleva años expresando abiertamente sus diferencias con la izquierda venezolana, puntualmente con el Partido Comunista.
En 2014, cuando encaraba una ola de protestas de calle en su contra, llamó “trasnochados” y “desleales” a exministros y figuras cercanas al exmandatario Hugo Chávez que criticaban sus políticas y su manera de gobernar.
Las críticas desde la izquierda hacia la gestión de Maduro se incrementaron a medida que, desde 2013, empeoraban las condiciones económicas de los trabajadores, se debilitaba el sindicalismo y aumentaban las denuncias de violaciones de derechos humanos en Venezuela.
En años recientes, esas diferencias se hicieron “irreconciliables”, según el secretario general del PCV, Oscar Figuera.
Ya en 2020, partidos izquierdistas como el Comunista y Patria Para Todos hicieron tienda aparte del oficialista Gran Polo Patriótico llamando a buscar nuevas vías políticas para “el rescate de las conquistas alcanzadas con Chávez”.
Carlos Aquino, analista político inclinado al marxismo y miembro del Comité Central del Partido Comunista de Venezuela, explicó a la Voz de América que su partido reivindica su “historia de lucha y principios” como la clave para solucionar la crisis nacional, no a través del “reformista proyecto chavista”.
Partido pequeño
El dirigente comunista, que dice hablar a título personal y no de su partido, considera que Hugo Chávez se interesó por el PCV entre 1999 y 2013 por “un utilitarismo pragmático para atraer a un sector de la izquierda”.
Con esa parte de la izquierda, opina Aquino, Chávez “siempre discrepó ideológicamente, pero lo soportaba por la trayectoria de sus siglas y porque ayudaba a limpiarle la imagen militarista que arrastraba” como líder.
El politólogo venezolano Piero Trepiccione subraya que las alianzas de Maduro no se circunscriben solamente a las ideologías. “Esos conceptos de izquierda, derecha y centro están mezclados por las nuevas dinámicas políticas y sociales, de poder, en el mundo. Hay extremos que se tocan”, explica a la VOA.
El analista, coordinador regional del centro de pensamiento Gumilla, comenta que el PCV ha sido un partido “históricamente pequeño”, “no de masas, sino de cuadros, con una relativa influencia en determinados círculos intelectuales”.
Más delicado, dice, es el divorcio de Maduro con líderes regionales como Boric. “Hay un juego geopolítico continental, asociado a uno mundial. Hay un serio cuestionamiento a la figura de Maduro en términos continentales”, apuntó.
Las descalificaciones de Maduro a líderes de izquierda nacionales y más allá de las fronteras de Venezuela ocurren porque “no acepta críticas”, asegura. “La ideología no es su herramienta principal. Es un argumento para descalificar”.
Aquino coincide. A su juicio, el chavismo “es hegemonista, autoritario e impositivo, ya que solo acepta obediencia y sumisión de sus ‘aliados’”.
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