Hace una semana y media el único ascensor que estaba en funcionamiento colapsó. “La recomendación de la Dirección es que subamos a las pacientes por la escalera o que usemos el ascensor de la basura. Un trato verdaderamente denigrante”, denunció una de las enfermeras.
Por Mabel Sarmiento, Crónica.Uno
Caracas. El pasado 18 de marzo la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), a través de unas medidas cautelares, recomendó a Venezuela que adoptara las políticas necesarias para garantizar la vida, integridad personal y salud de las parturientas y sus bebés que son atendidos en esta maternidad. Recomendación que pasó por debajo de la mesa, según los trabajadores de la maternidad Concepción Palacios.
Más bien, aseguran, no se han tomado los correctivos necesarios, y tan es así que –hace semana y media– el único ascensor que estaba en funcionamiento, de los cuatro que hay, colapsó.
“La recomendación de la Dirección es que subamos a las pacientes por la escalera o que usemos el ascensor de la basura, el mismo por donde trasladan los desechos patológicos. Un trato verdaderamente denigrante”, denunció una de las doctoras.
Las pacientes menos complicadas, contó la enfermera Silvia Bolívar, delegada del Sindicado de Clínicas y Hospitales, suben por las escaleras. Los camilleros las cargan o las llevan como pueden por todos los pisos, 8 en total. Las que están en condiciones más críticas son trasladadas por el ascensor de carga, con todo y la contaminación que hay, pues no hay líquidos como desinfectante y cloro para asear los espacios.
Este martes 9 de julio el pabellón se quedó sin aire acondicionado, falla que empeoró los niveles de insalubridad: sin la asepsia médica y sin aire acondicionado proliferan las bacterias, denunció Bolívar.
«Aquí llegan muchas mujeres en mal estado, son ruleteadas por varios centros antes de llegar aquí y no hay condiciones aptas para atenderlas. Entran entre 20 y 30 diarias, los siete cubículos están sucios, no tienen colchones y muchas veces las camareras compran de su bolsillo los líquidos para limpiar, pues cada 30 o 60 minutos hay que meter a una parturienta».
El área donde descansa el personal de nutrición tampoco está acondicionado. Así como se ha dado el caso de tener a dos parturientas en una cama, también el personal comparte las colchonetas o se acomoda como puede en los mesones.
En estos momentos están llegando algunos insumos donados por la OPS y Unicef, algunos antibióticos, gasas y compresas. «Pero no es suficientes, pues tenemos que dividir las compresas en dos y tres partes para usarlas con más pacientes. Al igual que el kit quirúrgico», denunció la enfermera.
Crisis en la Concepción Palacios
Durante el año 2018, 15 mujeres y 265 recién nacidos fallecieron en la Concepción Palacios, en circunstancias consideradas como muertes maternas, según el informe presentado ante la CIDH por las organizaciones no gubernamentales Women’s Link Worldwide, la Red de Mujeres Equivalencias en Acción, el Centro de Justicia y Paz, el Centro Hispanoamericano para la Mujer Freya, Avesa y Mujeres en Línea –solicitantes de las medidas– ante la Asamblea 172 del período de sesiones, celebrada el pasado 9 de mayo en Jamaica.
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Esos decesos, dicen los defensores, eran evitables. Sin embargo, el deterioro en la calidad de la atención avanza a pasos de vencedores, copiando una de las frases popularizada por la revolución en la época de Hugo Chávez. Sigue la escasez de insumos, no hay batas, faltan los desinfectantes, los guantes, las vacunas, el agua y la comida.
A eso se suma la falta de personal médico, especialmente de anestesiólogos, entre otras razones.
“La Maternidad no está en capacidad de atender una complicación que derive en cirugía o de hacer un tratamiento adecuado ante una hemorragia, pues no cuenta con disponibilidad permanente de un banco de sangre”, citan las organizaciones no gubernamentales.
Lo que dijo la CIDH:
- Ordenar al Estado de Venezuela adoptar medidas para garantizar la vida, integridad personal y salud de las mujeres y recién nacidos pacientes que se encuentran en la Maternidad Concepción Palacios.
Estas medidas se deberían traducir en:
* Garantizar la capacidad operativa y funcionamiento de la maternidad, de modo que pueda prestar de manera adecuada servicios antes y durante el embarazo, en el momento del parto y postparto, en condiciones de salubridad.
* Garantizar controles médicos urgentes para prevenir daños irreparables a la vida e integridad de las mujeres embarazadas, incluidas las que requieren servicios post aborto.
* Garantizar el suministro permanente de servicios de alimentación para las pacientes, así como servicios de agua, electricidad, medicamentos e insumos.
- Con respecto al personal de salud, el Estado debe garantizar que puedan realizar sus labores en condiciones de seguridad y sin ser objeto de represalias ni hostigamientos.
Sobre ese último punto, Bolívar alertó que el personal siente miedo porque les revisan los teléfonos para ver si están pasando información y fotos de los que ocurre dentro de la maternidad. Quienes lo hacen son trabajadores de un sindicato patronal paralelo que funciona dentro de las instalaciones, dijo.
Con información de Crónica.Uno