La dictadura de Nicolás Maduro comenzó a aplicar la cubana Abdala pese a que aún está en fase III de ensayo, lo que ha provocado fuertes críticas de los gremios médicos.
«Yo creo que todas las vacunas están desarrolladas para el bienestar de la humanidad (y) uno como persona. Yo creo que lo mejor es tenerla», dijo a AP Yoleima Cartaya, una trabajadora independiente de 37 años quien recibió la primera dosis de la candidata cubana en Fuerte Tiuna. «Me siento muy bien», agregó sonriente.
Pese a que algunos venezolanos se mostraron dudosos por la información de la Abdala, otros se sintieron tranquilos al recibir la primera dosis. «Lo que tengo es alegría porque llegaron las vacunas y van a vacunarme», expresó Elena Varela, de 75 años.
De acuerdo a las autoridades cubanas, Abdala tiene una efectividad que supera el 92%.
Entre tanto Edwin Quintana, un obrero de 32 años, comentó que no se ha vacunado aún y que no está registrado en el sistema patria.
«No tengo Carnet de la Patria, así que no me llegan los mensajes y no sé cuál es el proceso que tengo que seguir realmente para poder vacunarme», acotó Quintana, quien agregó que desconfía de Abdala.
«No sé realmente si la vacuna cubana ha pasado por los procesos de verificación que tiene, por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud ni si cumple con todos los requisitos a nivel internacional para ser aplicada a una población», argumentó.
Al respecto Ana Rosario Contreras, presidente del Colegio de Enfermería del Distrito Capital, afirmó en una entrevista exclusiva para Noticiero Digital, que para pretender administrar este producto de ensayo clínico «como muy bien lo establece la caja que contiene la vacuna o la aspirante a vacuna en este caso» se requiere cumplir con protocolos de uso de productos en fase experimentales, entre los cuales se encuentra como requisito esencial, el consentimiento informado.
Esto implica, afirma la profesional de la salud, que se le debe decir a la persona cuáles son los riesgos que corre, cuáles son las reacciones adversas que puede tener, y asegura además que basándose en el principio de autonomía como principio ético, se toma la decisión de participar en este experimento o ensayo clínico.
«En relación a la pretensión que está haciendo el Ejecutivo de Nicolás Maduro de administrar el producto biológico prototipo de vacuna contra el covid-19 conocido como Abdala, es importante establecer que como gremio de enfermería consideramos que este producto como se ha informado (…) ha cumplido como ensayo clínico con las fases 1 y 2. No se tiene claridad cómo se ejecutó la fase 3 y el por qué de una manera tan acelerada fue autorizado su uso por la agencia cubana sin ningún tipo de publicaciones científicas que comprueben sus resultados».
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