La falta de dinero para comprar su tratamiento llevó a Hermilo Castillo a un coma diabético en 2016. El deterioro de la economía familiar no le ha permitido mantener un chequeo de sus niveles de azúcar en sangre y hasta ahora sigue sin tratamiento. Confesó que come dos veces al día a duras penasy se siente incapaz por no poder ayudar a su familia.
Hermilo Castillo tiene 67 años y es paciente diabético desde hace más de 20. Recuerda que con lo que ganaba como obrero clasificado en la Alcaldía de Maracaibo podía mantener a su familia y tratar su enfermedad.
Hoy su realidad es diferente. ″Cuando me siento mal me tomo un poco de agua bien fría y me acuesto hasta que se me pase″, refiriéndose a los episodios de hipoglucemia que cada vez son más frecuentes debido a la falta de alimentación.
Con el paso del tiempo las necesidades fueron otras, la situación en el país se puso brava y dejé de tomar medicinas porque no me alcanzaba. Hace cinco años mi esposa me fue a despertar y estaba ido, me dio un coma diabético. En ese momento me llevaron al hospital y me estabilizaron, me pusieron otra medicina pero me cayó mal, y cuando fui al médico de nuevo mi doctora tratante se había ido″, relató al medio de comunicación Crónica.Uno.
Para Hermilo ser paciente diabético representa un sacrificio diario. Confiesa que no es solo buscar dinero en efectivo de donde no hay para el pasaje rumbo al hospital; es pasar un día entero sin comer, si es preciso, hasta que lo atiendan, para luego preguntarse: ″¿Después que me den la receta con las medicinas y la dieta que voy a hacer, cómo hago si no tengo para comprar nada?″.
La ONG Monitor Salud Venezuela presentó en marzo pasado los resultados de su primera investigación sobre la Diabetes en tres regiones, incluido el estado Zulia. Según el estudio, el 76% de la muestra dijo no tener dinero para comprar las medicinas de su tratamiento.
En dicha medición, 73% de los pacientes encuestados refirió que ha tenido que cambiar o adoptar nuevos hábitos alimenticios en los últimos tres meses, dada la situación país, ″lo que indica un deterioro profundo de los hábitos alimenticios del venezolano, pudiendo traer complicaciones peligrosas a los enfermos de diabetes″, se lee en el estudio publicado en su sitio web.
Para Monitor Salud Venezuela, esto demuestra que la emergencia humanitaria compleja que sufren los pacientes diabéticos conlleva al aumento del deterioro de su calidad de vida.
Comemos recortado
Castillo vive con su esposa y dos de sus tres hijos en el barrio Francisco de Miranda, al oeste de Maracaibo. Son ellos quienes también trabajan para ayudar a llevar un poco de comida a la casa. Mientras tanto, el único tratamiento que lleva es el poco cuidado que logra con la «dieta forzada», como él mismo la llama.
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