Aunque figuras de la oposición venezolana como Henrique Capriles, Stalin González, Henri Falcón, Américo De Grazia, Nicmer Evans y también miembros de la comunidad internacional como Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea, han manifestado que el nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE), representa un «primer paso», para recobrar las elecciones democráticas en Venezuela. Politólogos, abogados y expertos electorales consultados, alegan que aun cuando la oposición tenga dos de tres rectores principales, el control absoluto lo sigue teniendo el chavismo, porque la Ley Orgánica del Poder Electoral (LOPE), establece que casi todas las decisiones de esta institución se toman con mayoría simple de tres votos.
Ana Uzcátegui | La Prensa de Lara
Así lo indica el artículo 14. Los únicos dos casos donde se requiere de la mayoría absoluta, es decir de cuatro votos de los rectores principales, es para elegir y remover al secretario general del CNE, y para conocer y declarar la nulidad de cualquier elección y ordenar su repetición, eso lo precisa el artículo 33 numeral 26 y 36 de la LOPE. En tal sentido, para Nelson Chitty La Roche, Jefe de Cátedra de la Escuela de Estudios Políticos y Administrativos de la UCV, aunque el Gobierno envíe un mensaje a la opinión pública y a la comunidad internacional de que ha «cedido su hegemonía en el Poder Electoral», la realidad es que tienen la mayoría definitiva. «Pueden hacer todo lo que le parezca desde el punto de vista orgánico, jurídico y funcional del CNE», explicó.
A su criterio, esa «empatía» inicial que han tenido los nombres de Roberto Picón, exasesor electoral de la extinta Mesa de la Unidad Democrática (MUD), y expreso político, así como Enrique Márquez, exdirigente de Un Nuevo Tiempo (UNT), uno de los cuatro partidos que integran el denominado G4, no es suficiente para que la población tenga garantizado futuros procesos electorales apegados a la institucionalidad.
El hecho de que ahora el oficialismo domine sólo el 60% del directorio del CNE y no el 80% o 100% como en el pasado, es una cuestión «pragmática», y no le da legitimidad. Así lo considera José Vicente Carrasquero, doctor en ciencias políticas. «Tanto la Constitución como la LOPE hablan de la independencia política de los rectores y eso significa que las personas han tenido que ser políticamente independientes a lo largo de su vida, y eso este CNE no lo cumple».
José Gregorio Zaa, experto electoral, sostiene que «este CNE es más de lo mismo», al analizar la manera en que ha quedado distribuido el directorio y los organismos subordinados conformados por la Junta Nacional Electoral, el Registro Civil y Electoral y Participación Política y Financiamiento.
«Colocan como presidente del CNE a Pedro Calzadilla, exministro de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro, pero hace el papel de marioneta porque no preside ningún organismo subordinado. Colocan como presidenta de la Junta Nacional Electoral a Tania D’Amelio, que goza de un gran desprestigio y que además lleva 11 años siendo rectora», expresó.
La Junta Nacional Electoral tiene a su cargo la dirección, supervisión y control de todos los actos de los procesos electorales, y lo está presidiendo Tania D’Amelio que ha sido sancionada por Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá y Panamá por violar derechos políticos y democráticos de los venezolanos. La acompañan Carlos Quintero, quien ha sido por años director de Informática del CNE, maneja el software y hardware del sistema electoral, y también Roberto Picón.
Zaa indica que la comisión de Registro Civil y Electoral está a cargo de Alexis Corredor, exconstituyente y miembro del PSUV, lo acompañan Tania D’Amelio y Conrado Pérez, que aunque lo identifican como opositor, es dirigente de Primero Venezuela, el partido que tomó los colores y símbolos de Primero Justicia, intervenido por el Tribunal Supremo de Justicia.
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