La gasolina iraní importada por el Gobierno nacional como medida de escape ante la escasez de este líquido automotor en el país, se volvió un dolor de cabeza para los tachirenses quienes le achacan fallas en el desempeño de sus vehículos por la pésima calidad con la que presuntamente estaría llegando.
Maryerlin Villanueva | La Prensa de Táchira.
Y es que su poca «explosión» ha provocado que los vehículos fallen a la hora de prender, generando que los conductores deban hacer hasta ocho intentos para encenderlo todos los días.
Al llevarlos al taller, de acuerdo a los cambios que haya que hacer, las personas deberán gastar desde 150 mil (68 millones 181 mil bs) hasta 250 mil pesos (113 millones 636 mil bs) por el arreglo, incluyendo la mano de obra.
El mecánico Tony Gómez, indicó que entre cuatro y cinco carros llegan de forma semanal a su negocio para hacer cambios de bujías, pila de gasolina, limpieza de filtros e inyectores, que se han visto dañados por el combustible.
«El octanaje es muy bajo, por lo cual a lo que se le da arranque la explosión que hace en el pistón es muy baja» expresó. Algunas personas optan por echar un poco de gasolina por el cuerpo de aceleración en las mañanas para que así encienda más rápido.
Resaltó que el problema se viene agudizando desde el mes de diciembre, pues las cisternas que arribaron al estado Táchira con combustible pareciera ser de más baja calidad que las que habrían llegados meses anteriores.
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