El número de periodistas detenidos en el mundo se mantuvo “históricamente alto” en 2020, en cerca de 400, mientras que la pandemia estuvo acompañada de un alza de las violaciones de la libertad de prensa, según el balance anual de RSF.
En diciembre, 387 reporteros se hallaban encarcelados por haber ejercido su profesión, frente a 389 un año antes, indica el informe presentado el lunes por Reporteros Sin Fronteras (RSF), oenegé basada en París.
Cinco países concentran más de la mitad de ellos (61%): China continúa en cabeza, con 117 periodistas (profesionales o no) arrestados, por delante de Egipto (30), Arabia Saudita (34), Vietnam (28) y Siria (27).
“El número de periodistas detenidos en todo el mundo sigue estando a un nivel históricamente alto”, subrayó RSF.
2020 estará marcado además por el arresto de “nuevos prisioneros emblemáticos”, como el corresponsal de la cadena francesa TV5 Monde y de RSF en Argelia, Jaled Drareni, y de la periodista vietnamita Pham Doan Trang.
Y las mujeres, “cada vez más numerosas en la profesión, no se libran”, denunció el secretario general de RSF, Christophe Deloire, citado en un comunicado.
Según el documento, 42 de ellas “están privadas de libertad actualmente”, mientras que en 2019 había 31 en esta situación (+35%).
En total, 17 “resultaron puestas entre rejas” durante el año, cuatro de ellas en Bielorrusia, centro de “una represión sin precedentes desde” la reelección, juzgada fraudulenta, del presidente Alexander Lukashenko.
“El efecto COVID-19”
Por otro lado, la ONG apunta a un aumento de las violaciones de la libertad de prensa durante la pandemia.
“Las leyes de emergencia o las medidas de emergencia adoptadas” en la mayoría de los países para contener la pandemia “contribuyeron” a “confinar la información”, explicó RSF.
La oenegé, que lanzó en marzo el Observatorio 19, dedicado a este asunto, registró “más de 300 incidentes directamente relacionados con la cobertura periodística de la crisis sanitaria” entre febrero y finales de noviembre, en los que estuvieron implicados cerca de 450 reporteros.
“Los arrestos arbitrarios”, que representan el “35% de los abusos registrados (por delante de la violencia física o psíquica)”, se “multiplicaron por 4” entre marzo y mayo, precisa el documento.
Si bien los periodistas detenidos por su cobertura de la pandemia terminan liberados por lo general al cabo de unas horas, días o semanas, 14 de ellos “siguen entre rejas” en Asia (7 en China, 2 en Bangladés, 1 en Birmania), en Oriente Medio (2 en Irán, 1 en Jordania) y en África (1 en Ruanda).
China, que “censuró ampliamente las críticas a su gestión de la crisis” en las redes sociales, cuenta así entre los “detenidos del COVID-19” con la abogada y periodista no profesional Zhang Zhan, arrestada tras haber informado en febrero de la epidemia desde Wuhan, en directo por Twitter y YouTube.
En Bangladés, el escritor y bloguero Mushtaq Ahmed sigue en detención preventiva, acusado de haber “difundido en Facebook rumores y desinformación” tras un artículo en el que “denunciaba la falta de material de protección destinado al personal médico”.
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