Sin señal de internet, sin un celular inteligente e incluso a veces hasta sin cobertura de telefonía móvil, así están los estudiantes que viven en pobreza y municipios foráneos de Lara, quienes deben sortear la modalidad de clases a distancia en medio de dificultades que les impiden tener comunicación con los docentes.
María B. Jordán | La Prensa de Lara
No les queda de otra que ir hasta las instituciones educativas o incluso enviar mensajes o llamar, pero el detalle está en que, cuando las comunidades se quedan sin energía eléctrica no pueden continuar con el proceso de aprendizaje y deben hacer una pausa, lo que hace que la educación no sea eficiente.
En sectores del oeste de Barquisimeto, como La Paz, El Tostao, Santa Rosalía y Los Pocitos, la conexión a internet es inconstante lo que pone a los padres a echar carreras para poder cumplir con las tareas asignadas. «Las clases a distancia ya no se dan, porque igual debemos ir a la escuela a buscar información», dijo la representante Marby González, quien añadió que para investigar los temas debe ir a casas de amigas porque a veces no tiene cómo ayudar a sus hijos con las tareas, cuya situación se complica porque también es docente y no puede tener comunicación con sus propios alumnos.
En las zonas foráneas como Padre Diego, en la carrera vieja hacia Carora, en Pavia, y en los municipios Urdaneta y Jiménez también deben hacer de tripas corazones para poder cumplir con las tareas.
«Nos comunicamos con las maestras sólo por mensaje de texto, porque no tenemos internet», dijo Ebeth Sánchez, quien detalló que ella a pesar de no tener habilidades para enseñar, hace un esfuerzo para que sus hijos entiendan las asignaciones.
Hay a quienes les toca desempolvar libros para investigar y usar las guías de los años anteriores, pues en las comunidades más desfavorecidas son pocos los que cuentan con equipos tecnológicos.
Bolivia Suárez, presidenta de la Subcomisión de Educación de la Asamblea Nacional (AN), asegura que estos sectores son los más perjudicados y que el gobierno aún no logra entender que las clases a distancia son excluyentes. «Hay familias que no cuentan ni siquiera con un televisor ni electricidad para sintonizar el canal Vive Tv y así ver las clases» explicó.
Materiales salen por un dineral
No todos los docentes exigen que los trabajos deban ser a computadora y con materiales nuevos, pero hasta comprar un lápiz o unos colores sale por un ojo de la cara.
Los padres y representantes que tienen hijos en inicial y en primaria son los que se ven más perjudicados, pues son muchos los trabajos de manualidades que les envían.
A pesar que les enfatizan que pueden usar materiales de reciclaje, hay artículos elementales como pega, que se puede conseguir en Bs. 200 mil el envase más económico, un silicón ronda los Bs. 250 mil y una lámina de foami cuesta Bs. 200 mil.
Hay quienes también deben hacer manualidades con plastilina y la cajita de 4 barritas pisa los Bs. 350.000, cuando a un padre que devengue sueldo mínimo no les dan los cálculos para comprar materiales, a pesar de que la lista de útiles no es obligatoria.
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