Este martes 8 de octubre se cumple un año de la muerte del dirigente Fernando Albán, quien falleció bajo custodia del Estado en extrañas circunstancias.
Albán había sido detenido el pasado 5 de octubre de 2018 cuando regresaba de Nueva York, donde participó junto con Julio Borges en las reuniones paralelas de la Asamblea General de la ONU.
El Sebin abordó al político en Maiquetía y cuatro días después fue confirmada su muerte.
La oposición denunció que fue asesinado producto de las torturas recibidas, mientras que el régimen aseguró que se había suicidado.
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Lo cierto es que han pasado 365 días y solo hay más dudas que respuestas. Dos funcionarios que responden a los nombres de Miguel Dos Santos y Keyberth Cirelli fueron acusados el pasado 3 de septiembre por incumplimiento de mecanismos de seguridad, un delito menor.
Irregularidades del caso
La lista de irregularidades en este caso comienzan con las incongruencias del fiscal constituyente, Tarek Willian Saab y el informe forense entregado a la familia.
La diputada Amelia Belisario aseveró que el propio exdirector del Sebin Christopher Figueroa confirmó el asesinato de Albán.
«Informes policiales e investigaciones de medios internacionales demuestran que fue vilmente torturado y luego lanzado del piso 9 del Sebin (…) Estas torturas fueron propiciadas porque no lograron doblegarlo para hacerlo mentir».
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