La crisis de servicios públicos en Venezuela no es reciente. Desde el año 2009, los venezolanos han padecido el indetenible colapso de la infraestructura eléctrica del país, hoy representado por la constante oscurana en la que están sumidos millones de ciudadanos de todo el territorio nacional.
Nuestra gente ha sufrido en carne propia las consecuencias de la corrupción de diferentes colores, que se ha comido presupuestos enteros supuestamente destinados a la modernización y expansión del Sistema Eléctrico Nacional. Por esto, hoy ratificamos que Venezuela está a oscuras por decisión política del socialismo y por la complicidad de las mafias de distintos sectores a los que no les duele el sufrimiento de los venezolanos, una tragedia que debemos parar cuanto antes.
Ejemplo de esto es que durante 15 horas o más al día, los ciudadanos del estado Barinas, especialmente en las comunidades de Barinitas, Sabaneta, Socopó, Santa Bárbara, Pedraza y la capital Barinas, son víctimas constantes del racionamiento eléctrico. Igual sucede en Sucre, donde los cortes oscilan entre 6 a 18 horas por día, generando inmediatas fallas en el servicio de agua. Mientras tanto, en Cojedes, sólo en el mes de abril se registraron 500 apagones, según cifras del Observatorio Ciudadano Monitor Luz Cojedes, que contó 650 fluctuaciones de energía por fallas en la transmisión y distribución eléctrica.
Pero sin duda alguna, las regiones más afectadas por la crisis del sector eléctrico son Los Andes y el Occidente, particularmente el estado Zulia. En los últimos días, los racionamientos a los merideños son una condena de más de 15 horas diarias, y en algunos municipios de hasta 24 horas consecutivas.
En La Grita, estado Táchira, la “normalidad” es tener de 4 a 6 horas de electricidad, que llega a los hogares generalmente en la madrugada. Allí, por este problema, los tachirenses han sido protagonistas de protestas en las localidades de Coloncito, Junín y Rubio. Esto también ha sido recurrente en Barquisimeto y Cabudare, estado Lara, donde los racionamientos son de hasta 7 horas y los ciudadanos han sido reprimidos, como sucedió esta semana en la famosa urbanización Sucre.
Y en Zulia, un estado históricamente golpeado y sometido a cortes eléctricos, los apagones son de 4 a 15 horas por día, siendo las horas con mayor frecuencia de interrupción del servicio entre el mediodía y a las 7 de la noche. Esto ha generado una parálisis del 50% del sector comercial del estado. Sólo en Zulia, se habla del robo de más de 5 mil millones de dólares que serían destinados al sistema termoeléctrico.
Frente a este panorama, desde Vente Venezuela queremos insistir en que el primer paso para poner fin a las fallas criminales del Sistema Eléctrico Nacional es la salida del régimen de Nicolás Maduro y sus mafias. Una vez logrado el cese de la usurpación y siguiendo las recomendaciones de expertos en el área, resumidas en un plan concreto, este sistema podría recuperarse en un tiempo no mayor a 3 años.
De acuerdo con información suministrada por los ingenieros Miguel Lara y José Aguilar, y sus equipos, hoy, de los cerca de 36 mil megavatios instalados en el país, solo están disponibles entre 10 mil quinientos y 11 mil megavatios, generando un déficit nacional de mayor a mil megavatios, ya que la demanda eléctrica nacional es de un poco más de 12 mil megavatios.
Reconstruir el sistema eléctrico, de acuerdo con estos expertos, pasa por acciones urgentes que no pueden esperar más: retomar el control de las instalaciones eléctricas y garantizar la seguridad de éstas, así como del personal. De igual forma, asegurar que haya combustibles para el funcionamiento del parque termoeléctrico y los ingresos necesarios para gastos de operatividad y la sostenibilidad del sector. Este trabajo supondría, además, la reingeniería de todo el sector y migrar a un nuevo modelo de negocios en esa área. Invertir en la recuperación de toda la cadena; desde generación, pasando por transmisión y distribución, hasta la comercialización de energía, priorizando la hidroeléctrica, que representa un 47% de la capacidad instalada nacional.
Además, uno de los grandes aprendizajes que tenemos gracias a estos años de controles por parte del régimen y la destrucción del sistema eléctrico nacional, es que en Venezuela debe existir competencia y participación del sector privado, y no solo en el área eléctrica, sino en todos los servicios públicos. En esa dinámica, el Estado tendrá que cumplir un rol rector para establecer condiciones justas y garantizar que se cumplan leyes, sin permitir monopolios públicos, ni privados.
No es secreto para nadie que no tenemos combustible suficiente para las termoeléctricas y que cualquier proceso de recuperación debe enfocarse en las regiones donde se sufre mayor racionamiento eléctrico: Los Andes, Zulia y Zona Centro. Los costos aproximados de esta recuperación rondan los 15 mil millones de dólares y una vez operativo el sistema, a tarifas promedio internacionales, estaría valuado en cerca de 100 mil millones de dólares.
En definitiva, tenemos medio país a oscuras y sometido a la peor tragedia económica y social de nuestra historia, un drama que no se solucionará por las vías convencionales. Cualquier iniciativa para la recuperación del sistema eléctrico será irrelevante mientras se siga consolidando el Estado fallido en Venezuela. Por eso, en Vente Venezuela hemos insistido en la necesidad de avanzar con la conformación de una operación multifacética que, junto a Estados y organizaciones aliadas, sea capaz de recuperar el control del territorio, reinstitucionalizar el país y garantizar la seguridad humana de cada venezolano. Sólo así habrá luz y libertad en Venezuela ¡Es ahora!
Nota de Prensa
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