La oposición venezolana realizó su último llamado a la ciudadanía a participar este 12 de diciembre en la fase presencial de la consulta popular, asegurando que ya es un “éxito”. Analistas difieren, sin embargo, sobre si este mecanismo tendrá un efecto real y menos simbólico en el objetivo máximo de lograr un cambio de gobierno en el país.
Por Gustavo Ocando Alex, Luisana Solano – VOA
“En este momento, la consulta popular ya es un éxito. En este momento, el ejercicio ciudadano de manifestación de rechazo a la dictadura es un logro de una sociedad civil que no se acostumbra”, aseguró el presidente interino Juan Guaidó en rueda prensa.
El también presidente de la actual Asamblea Nacional, de mayoría opositora, ratificó que la convocatoria es una manera de expresarse. “Es una poderosa herramienta de lucha, de combatir una dictadura, de llevar el mensaje, de incorporar e incluir a todos en la solución. Es un desafío a la dictadura”, apuntó.
Manifestó que no puede considerarse como una victoria la abstención de 69% del electorado en las votaciones parlamentarias del 6 de diciembre, donde la mayoría de la oposición no participó y que parte de la comunidad internacional no reconoce. “No fue suficiente”, aseguró.
“¿Qué es la consulta popular y por qué es una victoria? Porque nos convoca a todos. Porque nos brinda un espacio, en dictadura, para expresarnos con relativa seguridad”, expresó.
La consulta
La oposición venezolana convocó esta consulta popular en septiembre a manera de rechazo de las elecciones parlamentarias. La consulta arrancó el lunes pasado a través de una aplicación móvil y un canal de Telegram para la participación digital, desde cualquier parte del mundo.
Para este sábado, estarán habilitados al menos 3.000 puntos de participación en todo el país y en el exterior habrá otros 350 en 50 países, de acuerdo con el comisionado para las relaciones exteriores del gobierno interino, Julio Borges.
La consulta interrogará a los participantes sobre la permanencia del presidente en disputa Nicolás Maduro en el poder, el rechazo a las elecciones parlamentarias y las gestiones con la comunidad internacional para la “cooperación, acompañamiento y asistencia”.
Enrique Colmenares Finol, parte del comité organizador, también aseguró que las cifras de participación son “muy estimulantes” hasta el momento. “Estamos hoy más entusiasmados que nunca. Los venezolanos han acudido masivamente a mostrar su ciudadanía, a mostrar su decisión de salvar su democracia y libertad”, dijo en la rueda de prensa, junto a Guaidó.
Colmenares también hizo un llamado a participar, asegurando que los venezolanos le demostrarán al mundo cómo se expresa la voluntad de un pueblo ante “el vacío del 6” de diciembre pasado, fecha de las parlamentarias.
Blanca Rosa Mármol de León, exmagistrada e integrante del comité organizador, apuntó que la comunidad internacional ha manifestado su apoyo e interés en los resultados de esta convocatoria.
“Estamos seguros de que esta va a ser por fin la manifestación de la voluntad de la gente, de la voluntad popular de una manera directa”, afirmó.
«La nada» o la participación
Daniel Varnagy, politólogo y docente universitario, analiza la consulta como un mecanismo de participación popular que, sin embargo, carece de efecto real.
“Carece de sentido de realpolitik, de buscar en términos de concreción política que esta consulta, que la hace la misma Asamblea que fue incapaz de generar cambios, haga una consulta a días de finalizar legalmente sus funciones”, observa el analista en entrevista con la Voz de América, desde Caracas.
La capacidad de que la consulta que culmina este sábado derive en algún tipo de cambio en el sistema político venezolano es “absolutamente nula”, insiste.
Advierte que, así como se sabía de antemano el resultado de las elecciones parlamentarias impulsadas por el madurismo el 6 de diciembre, también se sabe la sobredimensión de la participación en la consulta popular.
“No dudo de la buena intención, pero sí dudo de sus mecanismos de transparencia. Dudo de la capacidad de convertir el resultado de la consulta en una acción política precisa”, remarca.
El espíritu de las tres preguntas, argumenta, genera una reacción popular que bien pudiera remontarse al sentimiento que se opone al chavismo desde el año 2000. Varnagy afirma que la consulta forma parte de “la nada” en que se convertirá el liderazgo político tradicional en Venezuela de cara al próximo año.
El politólogo José Vicente Carrasquero difiere. Considera que la consulta sí tendrá un efecto tanto simbólico como real, especialmente ante el mundo.
“Una movilización importante de la población alrededor de esta consulta ratifica en forma efectiva ante la comunidad internacional el rechazo que hay al régimen de Maduro, un descontento con la situación que están viviendo los venezolanos y deja en evidencia un deseo de cambio”, dice a la VOA.
Interpreta a la consulta como una vía de canalización de la frustración y el descontento popular. “Esa frustración que no puede ser canalizada por la inacción, que favorece a Maduro”, apunta.
No le ve sentido a los llamados de algún sector opositor a no participar, salvo que sus objetivos sean “volver a poner en evidencia las fisuras que hay en los movimientos democráticos venezolanos, que han sido incapaces en 21 años de armar una estrategia conjunta y comprometida para salir del régimen chavista”.
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