El régimen de Irán ha justificado este jueves su decisión de no permitir a la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) inspeccionar varias instalaciones y ha recalcado que “ningún país abriría su territorio a inspecciones fundamentadas en acusaciones del enemigo”.
El representante permanente iraní ante el organismo, Kazem Gharibabadi, ha incidido en que esta decisión ha sido adoptada “incluso aunque sea evidente que el resultado (de las inspecciones) demostraría que esas acusaciones son falsas“, según ha informado la cadena de televisión iraní Press TV.
“Me gustaría pedir a los estados miembro (de la AIEA) que se pongan en nuestro lugar y consideren si están dispuestos a interactuar con la agencia siempre y cuando se presenten acusaciones sin pruebas por parte de sus adversarios“, ha manifestado.
Así, Gharibabadi ha resaltado que las autoridades mantienen su cooperación con el organismo y “reconocen el derecho de la agencia a plantear preguntas legítimas, pedir aclaraciones o pedir acceso en línea con su mandato y los procedimientos aprobados”.
En este sentido, ha apuntado que Teherán “subraya igualmente su derecho como estado miembro a buscar las razones que están detrás de eso y los documentos y argumentos que apoyan a la agencia en este sentido”, al tiempo que ha argumentado que “las obligaciones de los estados miembro (…) no son ilimitadas y están definidas”.
“Doble rasero”
El representante iraní en el organismo ha resaltado que durante 2019 “hubo 432 inspecciones en Irán, lo que supone más del 20 por ciento del total de las inspecciones de la agencia a nivel internacional”.
“Es paradójico que la agencia actúe de una forma que parece que no hay otro asunto que informar sobre Irán. Consideramos esta conducta no es imparcial ni profesional, sino más bien un doble rasero”, ha remachado Gharibabadi.
El ministro de Exteriores de Irán, Mohamad Yavad Zarif, afirmó el martes que “no permitirá” que la Agencia AIEA “sea una herramienta” utilizada por Estados Unidos para “matar” el acuerdo nuclear de 2015, del que Washington se retiró unilateralmente en 2018.
Las palabras de Zarif llegaron un día después de que el director de la AIEA, Rafael Grossi, reiterara su “grave preocupación” por el rechazo de Irán a la entrada de inspectores en dos instalaciones, lo que perjudicaría la labor de la organización a la hora de garantizar que Teherán cumple sus compromisos.
La supervisión internacional es uno de los aspectos clave del acuerdo suscrito en 2015, en virtud del cual Irán lograba el levantamiento de gran parte de las sanciones internacionales a cambio de garantizar el carácter pacífico de su industria atómica.
El régimen iraní ha advertido en reiteradas ocasiones de que no mantendrá los compromisos sin garantías internacionales, especialmente después de que Estados Unidos se saliese del pacto en 2018. Las potencias europeas firmantes han buscado un mecanismo alternativo que permita salvar el acuerdo, según Teherán sin demasiado éxito.
Con información de agencias.
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