Un estudio liderado por la Universidad de Viena (Austria) y el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona (España) mostró que los peces que viven en la parte oscura de los océanos, es decir, donde no llega la luz solar, irán reduciendo su tamaño debido al aumento de la temperatura del agua.
Proceedings of the Royal Society B
La investigación, publicada el 12 de enero en la revista Proceedings of the Royal Society B, advirtió que este fenómeno tendrá importantes consecuencias en la ecología.
Para elaborar el análisis, los biólogos marinos recuperaron una muestra de otolitos (pequeñas estructuras del oído interno de los peces óseos, que les permiten la captación de sonido e intervienen en su equilibrio) de formaciones geológicas de hace 700.000 y 800.000 años de la isla de Rodas, en el mar Egeo.
Luego los midieron para estudiar cómo había cambiado el tamaño de los peces a lo largo de los periodos glaciares e interglaciares.
Según los autores del estudio, la morfología de estas estructuras es particular de cada especie de pez y su tamaño refleja directamente el del ejemplar del que proceden, por lo que se usan para saber cómo eran los peces del pasado.
“Gracias al análisis de otolitos hemos descubierto que, durante los periodos interglaciares, con unos 4 °C más de lo habitual, los peces eran un 35 % más pequeños, y lo mismo sucederá ahora por culpa del aumento de temperatura de los mares y océanos”, manifestó la autora principal del estudio, Konstantina Agiadi, de la Universidad de Viena.
Cambios en los peces
Marta Coll, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar, explicó que este es uno de los pocos trabajos que hasta ahora han abordado las consecuencias del cambio climático en la parte más profunda de los océanos, que va de los 200 a los 1.000 metros de profundidad aproximadamente.
El estudio se centró en los cambios que experimentaron durante el periodo interglacial los conocidos como “peces linterna”, un grupo de pequeños peces que reciben este nombre por su capacidad de producir su propia luz.
“Conocer la respuesta de estos organismos al calentamiento oceánico es clave, ya que contribuyen a la estabilidad de los ecosistemas, reducen el dióxido de carbono atmosférico y son la base de la dieta de otros organismos de la red trófica marina”,explicó Coll.
Según la experta, los peces linterna contribuyen mucho a la bomba biológica de carbono porque los organismos absorben CO2 de la atmósfera mediante la fotosíntesis y cada noche estos peces se desplazan cientos de metros hacia la superficie de los océanos para alimentarse de plancton y vuelven a bajar, transportando así enormes cantidades de carbono de la superficie hasta el lecho marino.
Con la disminución de su tamaño se pone en peligro este proceso importante para el mantenimiento de las especies que viven en el mar.
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