Dos investigadores de la Universidad del Sur de California que han analizado por qué la gente no consigue cumplir con sus propósitos de año nuevo han identificado tres preguntas que debes hacerte para lograrlo. La clave, dicen, es identificar qué te motiva a conseguir esos resultados.
Cada año, millones de personas establecen propósitos de año nuevo con el objetivo de mejorar sus vidas. Entre las resoluciones más comunes están hacer ejercicio, comer sano, ahorrar, perder peso y reducir el estrés, así reseñó el portal de Univisión.
Pero el 80% de esas personas reconoce que la mayoría no conseguirá cumplir sus propósitos. Ese pesimismo está de alguna manera justificado. Sólo el 4% cumple con las metas que se propone.
Hemos pasado años estudiando la motivación, la regulación de emociones, los comportamientos en las relaciones familiares, el desempeño en deportes y el procesamiento de la información sobre salud en el mercado. Ahora, en el Instituto de Desempeño Científico de la Universidad del Sur de California (USC) ayudamos a la gente a alcanzar y mantener un alto rendimiento en todos los aspectos de sus vidas.
Aquí proponemos una potencial solución al problema de los propósitos de año nuevo basada en nuestras investigaciones. Animamos a las personas a replantearse sus resoluciones pensando en el propósito.
¿Por qué los fallos? ¿Qué lleva a tanta gente a abandonar los propósitos de año nuevo?
Investigaciones sobre cómo nos marcamos los objetivos y cómo se adoptan los hábitos dan pistas sobre las razones tras el fracaso de las resoluciones.
Mucha gente no enmarca sus propósitos de manera que les motive con el tiempo. Por ejemplo: «hacer más ejercicio» es claramente un deseo, pero no tiene profundidad ni significado personal que nos ayude a cumplirlo.
Resoluciones muy simplificadas como «ejercitarse más» o «comer más sano» contribuyen al problema que surge desde mediados de enero cada año: el abandono no intencional de objetivos importantes que nos hemos autoimpuesto.
Haz que te importe
Definimos el propósito como la razón por la que alguien hace algo. Sin embargo, los científicos han desarrollado un concepto más amplio para esa palabra relacionado con los resultados positivos que surgen de él.
La gente que tiene sentido de propósito gana más dinero, lidia mejor y más eficientemente con las dificultades y es más sana en su vida. A las organizaciones que promueven esa sensación entre sus empleados les llaman «lugares de trabajo de alto rendimiento».
En el contexto de plantearse resoluciones de año nuevo, el concepto de propósito es especialmente relevante. En nuestras investigaciones hemos identificado que cuando los deseos van acompañados de un sentido son mucho más sanos y sostenibles que cuando están basados simplemente en un resultado.
El cumplimiento de las resoluciones con propósito tiene tres componentes fundamentales y relacionados: la orientación de los resultados, el significado personal y el enfoque más allá de nosotros mismos.
Aquí les planteamos tres preguntas que se pueden preguntar a sí mismos cuando desarrollen sus propóistos de año nuevo:
1. ¿Cuáles son mis objetivos a largo plazo?
Lo primero a considerar son los objetivos a largo plazo y cómo cada resolución encaja en ellos. El desempeño basado en el propósito incluye orientar las resoluciones hacia ellos, una especie de brújula interna que dirige a la gente hacia lo que espera conseguir con el tiempo.
Esto ayuda a organizarse y priorizar las acciones más inmediatas para progresar hacia el objetivo. La gente que se mueve por objetivos y recuerda «el final del juego» vive con sus creencias y valores en mente todo el tiempo y se desempeña mejor para conseguir lo que se propone.
Cuando nos planteamos resoluciones de año nuevo, mucha gente acaba con una lista muy larga de propósitos simples sin pensar profunda y racionalmente en el objetivo de cada uno de ellos o dónde le llevarán.
Vincular un objetivo inmediato con uno más a largo plazo puede ayudar a mantener el progreso. Pensar en quién te quieres convertir puede ayudarte a decidir los propósitos este año.
2. ¿Por qué importa para mí?
El siguiente paso a considerar es por qué cada resolución significa algo personalmente para ti. Cuando alguien busca conseguir objetivos que realmente le importan no solo está más motivado intrínsicamente sino que también encuentra más alegría mientras trata de lograrlo.
Así, consigue reenmarcar los desafíos como oportunidades para crecimiento personal. En un estudio con deportistas de élite, encontramos que el que signifique algo a nivel personal los ayudaba a controlar sus emociones cuando las cosas no salían como querían y mostraban tener más paciencia en la consecución de sus objetivos.
Alguien que persigue un objetivo por una recompensa externa, por ejemplo la validación relacionada con una victoria, es más probable que se avergüence si no lo logra. E incluso, cuando lo consiguen, pueden sentirse inconformes si el resultado no da significado a su vida. Esto se ve en la llamada «depresión postolímpica», cuando los deportistas sufren una depresión después de lograr un éxito significativo.
Pasa tiempo pensando en la motivación de cada propósito. Pregúntate: ¿estás enfocado en un resultado particular porque te dará más autoestima, estatus o algo más? Puede ayudar que pienses en el potencial significado que encuentres en el proceso para la consecución de un objetivo sin importar si consigues un resultado específico.
3. ¿A quién le impactará positivamente?
El último paso a considerar es quién o qué, además de a ti mismo, será positivamente afetado por el propósito. El deseo de formar parte de algo mayor que uno mismo o la motivación transcendental es beneficiosa por diferentes motivos. Y puede ser una poderosa fuente de inspiración.
Así, se pueden vincular los objetivos de hacer ejercicio a una causa solidaria o pueden pensar que mejorar la salud les puede convertir en una mejor pareja, amigo o familiar.
Diversas investigaciones muestran que la motivación trascendental mejora la autorregulación cuando las cosas se vuelven aburridas o repetitivas cuando estamos tratando de conseguir un objetivo y eso fortalece algunas virtudes del caracter como la paciencia y la generosidad. Cuando la motivación trascendental de alguien es de naturaleza social está más dispuesto a aceptar críticas sobre su desarrollo y también a recibir más apoyo en el trabajo.
Piensa en un panorama más amplio. Pregúntate a quién estás ayudando con cada objetivo. El impacto potencial detrás del mismo te puede impulsar a conseguirlo.
Reenmarcando los propósitos
¿Cómo lucen las resoluciones de año nuevo que incorporan un desarrollo basado en propósitos?
Usando las tres preguntas de arriba, hemos reenmarcado las tres resoluciones más comunes que se hace la gente en estas fechas para reflejar un propósito:
- «Hacer más ejercicio» se convierte en: «Me comprometo a ir al gimnasio dos veces por semana para estar más presente y con más energía con mis hijos y que se sientan más queridos e inspirados por mí».
- «Ahorrar» se convierte en: «Me comprometo a ahorrar US$100 por cada cheque para sentirme más seguro en mi rol de padre y esposo, lo que beneficiará a mi familia».
- «Perder peso» se convierte en: «Me comprometo a perder 10 libras para sentirme más seguro en el trabajo y que mis compañeros conozcan una versión más positiva de mí mismo».
¡Por un año cargado de propósitos que nos hagan sentido!
Con información de Univisión
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