Los enfrentamientos mortales entre las fuerzas de seguridad del régimen venezolano y los grupos armados ilegales han enviado a miles de civiles a huir por la frontera hacia Colombia en busca de seguridad.
Más de 3.100 venezolanos han cruzado la frontera «de manera forzada» desde que estallaron los combates esta semana, dijo el miércoles el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, en una publicación en Twitter.
La violencia, en el estado fronterizo venezolano de Apure, continuó el miércoles, con explosiones en una oficina de la agencia tributaria allí y un puesto de control de la Guardia Nacional, según el grupo de derechos humanos Fundaredes. Los militares dispararon contra las milicias desde helicópteros, según Fundaredes, mientras que medios locales informaron que un camión de la eléctrica estatal Corpoelec fue atacado.
Venezuela acusó a Colombia en un comunicado de apoyar las actividades ilegales de “grupos criminales” en la frontera, incluido el narcotráfico y la minería ilegal. El gobierno del presidente Nicolás Maduro dijo que estos grupos armados han atacado a civiles, instalaciones eléctricas y petroleras, e incluso colocado minas terrestres en la zona.
Varios grupos armados ilegales operan a lo largo de tramos de la frontera de 1.400 millas (2.250 kilómetros) y, a menudo, luchan por el control de las rutas de tráfico de personas y cocaína. Las distorsiones y la escasez causadas por el modelo socialista de Venezuela a menudo crean un lucrativo comercio de contrabando de productos básicos en ambas direcciones.
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