El 3 de agosto murió Niurka Camacho, de 15 años de edad, paciente del servicio de nefrología del hospital J.M. de los Ríos y quien desde hacía siete años esperaba por un trasplante de riñón. Una semana más tarde, murió Winder Rangel, de 11 años, y el 11 de agosto falleció Jeannys Herrera, ambos pacientes del mismo servicio.
Por Vanessa Acosta / elpitazo.net
En junio, Camacho participó en una audiencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh) en la que pacientes y representantes de organizaciones no gubernamentales expusieron las condiciones en las que se encuentra el hospital, así como la necesidad de reactivar el Sistema de Procura y Trasplantes de Órganos.
“Es muy difícil, he visto a muchos compañeros fallecer por falta de trasplante. Yo no quiero morir, quiero una mejor calidad de vida y por eso piso se reactiven los trasplantes”, dijo Camacho, cuya petición sigue sin tener respuesta. Lucila Velutini, miembro de la Organización Nacional de Trasplantes de Venezuela (Ontv), refiere que 12 niños han muerto en lo que va de año en ese centro de salud público.
Recuerda que hasta mediados de 2014, la Ontv fue la encargada del Sistema de Procura de Órganos para Trasplante (Spot). Ese año el Ministerio de Salud suspendió sus funciones y creó la Fundación Venezolana de Donaciones y Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células (Fundavene), a la cual transfirió las funciones de procura de órganos hasta que, en 2017, notificó la suspensión del programa en el país por no poder garantizar el suministro de inmunosupresores.
La suspensión, que sería temporal, se mantiene cuatro años después. Asimismo, subraya que en el caso de los pacientes trasplantados, sufren las irregularidades en la distribución de los medicamentos indispensables para su tratamiento y que deben tomar de por vida.
Velutini destaca que si bien no existen cifras oficiales, calculan que entre 2017 y junio de 2021, 900 personas no tuvieron la oportunidad de ser trasplantadas, entre ellos niños y adolescentes. Explica que en la actualidad la única posibilidad de hacer un proceso quirúrgico de este tipo es “de vivo a vivo”, y en clínicas privadas, en donde los costos pueden superar los $70.000. Hasta 2017 Venezuela contaba con la capacidad operativa e infraestructura médica para realizar trasplantes de riñón, médula ósea, hígado y córnea, pero en la actualidad, esa capacidad ha disminuido.
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