El 21 de septiembre de 2018, el Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN) se llevó detenida a Ángela Lisbeth Espósito Carrillo, directora de la ONG Fundanimal, que tenía bajo su cuidado a algunos perros de personas buscadas por causas políticas. Ella fue condenada a 24 años de prisión por el intento de magnicidio contra Nicolas Maduro en agosto de 2018, Operación Fénix, sin que se presentara prueba alguna de su participación en la conspiración, sin que haya tocado o tenido relación con los drones. Ha pagado muy caro el haber ayudado a una mujer alias Dante quien le pidió que le diera hospedaje a un joven que resultó involucrado en el caso de los drones.
Por Sebastiana Barráez | Infobae
El 18 de diciembre de 2019, Ángela Expósito dijo, en audiencia, y ante el Tribunal que no tenía familia en Venezuela. “Mi madre está en Madrid”. Narró que, desde los 8 años, se dedica a salvar vidas de animales. “Hace 10 años registré una fundación, no es como dicen los medios sociales que mi fundación sirvió como cortina. La protección animal no es un acto terrorista; yo atiendo a los animales, los recupero y los adopto”.
En un reportaje del portal de noticias español eldigitaldecanarias.net, a propósito de que Ángela Expósito tiene nacionalidad española, además de la venezolana, destacan que ella es “de profesión docente, investigadora en el área de conservación de fauna silvestre, estudiante de derecho, proteccionista de animales y presidenta de Fundanimalia, una ONG encargada de ayudar, no solo a los animales de la calle, sino de proteger a las mascotas de perseguidos políticos como la del ex policía del CICPC Oscar Pérez y las mascotas Thor y Arpa del coronel retirado (GN) Oswaldo García Palomo”.
La directora de Animalia, condenada a 24 años de prisión agregó que, en julio de 2018, recibe por redes sociales, la denuncia de que dos perritos tenían días sin alimentación, le insisten que los rescate y (una mujer que se identifica como Dante) envía, por Twitter, una dirección entre Carrizal y San Antonio de Los Altos, estado Miranda; esa vivienda es donde vivía la familia del coronel retirado (GNB) Oswaldo Valentín García Palomo, quien está preso. Ya en el sitio, el vigilante le confirma que hay dos perros en la casa, al día siguiente se entrevista con la presidenta del edificio, quien le informó que no había vuelto a ver a unas personas que cuidaban el lugar. Ella hizo reuniones con la alcaldía de carrizal, Protección Civil y otros organismos, quienes le recomendaron hacer la denuncia y así lo hizo.
Caída en desgracia
“Una tarde recibí llamada de la alcaldía ir hacer el rescate de los perros, junto policía, protección civil y personal de la alcaldía. Yo no tenía relación con los dueños de la propiedad, pero me lleve los perritos a casa de mi hermana, ya que en la parte de atrás tenía tres perritos y se podían hacer compañía. Pasaron los días y tuve comunicación con la dueña que está en Canadá y me dijo que por cuestiones de espacio no se podía quedar y que me hiciera cargo de los perros que ella me mandaría para cuidarlo”.
“Esa persona, de apellido Salazar, que me dijo que lo rescatara se presentó días después; estuvo en la casa y se tomó foto con los animalitos”, dice Expósito, quien relata que los perros se van recuperando y que ella mantenía contacto por whatsapp con la dueña.
Expósito, quien vive en Caracas, cuenta con voluntarios que la ayudan en el cuidado de los animales. “Una persona me dice que un conocido necesita ayuda por un problema con sus papeles y así llega Henryberth Rivas”, y le pide que se quede en la casa y cuide de los animalitos. Wilder Ánderson Vásquez es la persona que la Fiscalía señala de haber llevado a Rivas a casa de Ángela Expósito.
“Un día Henryberth me pidió que le cortara el cabello: eso no es un delito. Yo no le cambié la cara, yo no soy médico cirujano, no hago ni alteraciones ni modificaciones de las facciones, porque esa no es mi profesión yo tengo poco dinero para la supervivencia de los animales. Recibía donaciones de empresarios, no tengo dinero para costear un acto terrorista como dicen”.
Explica que el día 21 de septiembre, se queda en Los Teques, porque el 22 llevaría un alimento para Aragua. “El 22 en la madrugada veo a unos 60 funcionarios del SEBIN, encapuchados, dentro de la propiedad. Me agarran y me preguntan que dónde está Morfeo, pero no conozco a nadie con ese apodo”, no tenían orden de allanamiento, se llevaron varias cosas y según los vecinos lo volvieron a hacer en cinco oportunidades. Los funcionarios también se llevaron a los perros y a una guacamaya.
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