El teléfono que sonó en la guardia de la Policía de Mendoza fue la señal de alerta que destapó el caso del gendarme argentino detenido por el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. El agente había llegado a Colombia en avión. Desde allí tenía previsto cruzar a Venezuela para visitar a su familia, radicada en Caracas hace siete meses. Lleva cinco días capturado.
Por Clarín
«Es una locura», dijeron este viernes desde el Ministerio de Seguridad de la Nación, cuando se dio a conocer la detención. El caso comenzó el lunes. Lo que iba a ser un reencuentro familiar terminó con el suboficial argentino detenido por la policía de Maduro.
Nahuel Agustín Gallo, cabo primero, es catamarqueño, pero forma parte del escuadrón 27 de Gendarmería «Uspallata», de Mendoza. Trabaja custodiando el paso fronterizo entre Chile y Argentina. Por eso la primera comunicación llegó a la Policía de esa provincia.
Gendarmería intentó contactarse con él. Pero fue imposible: no obtuvieron respuesta ni por teléfono ni por mensajería. Una comunicación posterior con María Gómez, su pareja, permitió recoger las primeras pistas sobre su paradero.
Gallo estaba de vacaciones y viajaba a Venezuela para visitar a su pareja (de nacionalidad venezolana), y a su hija de 2 años. Gómez es residente argentina hace más de seis años y hace un año y medio se instaló en Mendoza con el gendarme. Pero siete meses atrás ella fue a Caracas para ayudar a su madre por un «problema personal».
Al reencuentro salió Gallo, en su período de «licencia anual ordinaria». Como era más barato, sacó un pasaje aéreo a Colombia. Desde allí siguió su camino por tierra. Intentó ingresar por el Puente Internacional «Francisco de Paula Santander» para ir al aeropuerto de Táchira, desde donde debía tomar un vuelo local a la capital. Pero allí lo interceptaron autoridades de la Dirección General de Contrainteligencia Militar de Venezuela. Quedó «retenido», acusado de ser un espía.
Según fuentes oficiales, Gallo se encontraría para «averiguación de antecedentes» en la sede de Contrainteligencia en Las Lomas, una localidad ubicada en la frontera con Colombia, del otro lado de Cúcuta y a más de 600 kilómetros de Caracas.
Minuto a minuto, cómo fue la detención del gendarme argentino en Venezuela
Gallo pasó por migraciones de Colombia a las 7.40. Veinte minutos más tarde intentó hacer el trámite de migración en Venezuela. Pero ahí quedó retenido y no llegó a subirse al vuelo local.
«Lo último que supe de Nahuel fue el domingo a las 10.57 de la mañana, que me dijo que se lo iban a llevar para una segunda entrevista, porque antes cuando había hecho la migración a Venezuela fue cuando lo retuvieron, ellos utilizan la palabra retener en vez de detener», dijo Gómez en diálogo con la señal DNews.
De acuerdo a su testimonio, Contrainteligencia le encontró mensajes que intercambiaron cuando ella viajó a Caracas, en plena polémica por las elecciones del 28 de julio, en las que Maduro se autoproclamó vencedor sobre el opositor Edmundo González Urrutia.
Esos mensajes, dijo la mujer, hicieron que detuvieran a Gallo.
«Lo retienen, le quitan el teléfono celular, lo revisan arbitrariamente, y yo obviamente tengo que decirlo, soy venezolana, soy doliente de esta pesadilla que vivimos, llegó hace siete meses a Venezuela por temas personales, a ayudar a mi mamá, y yo le escribir a Nahuel para contarle ‘el país se está yendo a la mierda’, que tenemos un gobierno horrible, tenemos una dictadura. Esos fueron los mensajes que le encontraron en su teléfono y eso lo perjudico», sostuvo.
La mujer rompió en llanto. «Nos ganó el sentimiento de reencontrarnos, nunca imaginamos que iba a pasar, haciendo las cosas legales, con él pasando por frontera. Si vienes como espía no vas a pasar por la frontera», argumentó Gómez, acongojada.
«Si vienes al país a terminar con el régimen de Maduro, no vas a pasar por un paso fronterizo. Nahuel entro legal», enfatizó.
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