En medio de la conmemoración del Día mundial de la visión, que se celebra el segundo jueves de cada mes, donde los profesionales en la materia se encargan de generar conciencia en pacientes que presentan enfermedades que afecten su salud visual y ocular alrededor del mundo.
Uno de los procedimientos que se ha vuelto cada vez más común entre los pacientes que usan gafas para retirar su uso es la cirugía ocular. Este es un procedimiento que se realiza por lo general con láser, allí se talla la córnea (cúpula transparente que está en la parte delantera del ojo) modificando su curvatura para modificarla dependiendo de la necesidad de cada uno de los pacientes.
Las enfermedades que se pueden eliminar con esta intervención son la miopía, el astigmatismo e hipermetropía, y en algunos casos la presbicia, esto de acuerdo con Gabriel Eduardo Mosos Guayara, oftalmólogo especialista en segmento anterior, cirugía refractiva y catarata.
Para aquellas personas que tienen algunas dudas sobre el procedimiento y el temor de alguna corte o punción en el procedimiento, el doctor Mosos explica cómo este se lleva a cabo:
“La cirugía refractiva la realizamos colocando un aparato que te ayuda a mantener los párpados abiertos, se aplican unas gotas de anestesia, en ningún momento se inyecta el ojo ni se hace ninguna incisión. Se retira la primera capa de la superficie de la córnea para prepararla para el tallado con láser. El láser es muy rápido y puede estar en un promedio de 20 segundos dependiendo el defecto refractivo que tengas”, asegura que es una cirugía muy rápida y segura por la tecnología con la que se realiza para garantizar el resultado de esta.
El proceso de recuperación es progresivo y dura aproximadamente tres meses, en los que los primeros cinco días se debe tener reposo absoluto de las pantallas y la exposición de manera directa a los rayos UV que proporciona el sol, mientras se aplican varias veces al día gotas de antibiótico y antiinflamatorio, y evitar el consumo de alimentos que puedan causar irritación.
En el siguiente mes, se deben tener muy presentes las recomendaciones entregadas por el cirujano para evitar cualquier tipo de alteración, y pasados los tres meses de total recuperación, periodo en el que la córnea se recupera en su totalidad, el paciente puede regresar a sus actividades cotidianas con total normalidad, incluyendo el ingreso a zonas húmedas, que es una de las restricciones prescritas por el profesional.
Previo a someterse a la cirugía, tanto el paciente como el especialista deben tener en cuenta varios aspectos físicos y de salud mental de la persona que será intervenida, pues es un procedimiento que se hace en plenitud de conciencia de la persona.
El rango de edad en el que se pueden practicar la intervención es entre los 21 y 40 años de edad. El especialista explica que a los 21 es la edad en la que el ojo termina de adquirir su madurez a nivel fisiológico y en la mayoría de los casos es el momento en la fórmula de las gafas deja de cambiar, por lo que será necesaria que se realicen varios exámenes previo a la cirugía para constatar el estado del ojo en la actualidad.
Además, no se interviene a un paciente con síntomas gripales estomacales o con fiebre y un factor a considerar es con las personas que son sumamente ansiosas, ya que se necesita de la colaboración del paciente durante todo el procedimiento quirúrgico.
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