Distintos especialistas médicos advierten que el trabajo remoto, el confinamiento y un menor nivel de movilidad y actividad física programada, en gran parte debidos a la pandemia por COVID-19 aumentan el riesgo de sufrir una trombosis, sobre todo en mayores de 50 años, edad en la que la enfermedad es más prevalente.
La trombosis consiste en la formación de un coágulo (trombo) en una arteria o vena, que puede ralentizar o bloquear el flujo sanguíneo normal o incluso desprenderse y viajar a otro órgano, con riesgo de producir un taponamiento (embolia) y desencadenar un infarto, ACV o tromboembolismo venoso, todas urgencias médicas de gravedad.
Bajo el lema ‘Abre tus ojos a la trombosis’ en el marco del Día Mundial de la Trombosis, que se conmemora este miércoles 13 de octubre, el Grupo Argentino de Hemostasia y Trombosis (Grupo CAHT) en línea con la Sociedad Internacional de Trombosis y Hemostasia (ISTH por su sigla en inglés) y con muchas otras entidades de distintos países, invita a estar atentos a este conjunto de enfermedades circulatorias que son prevenibles, pero que desatendidas pueden desencadenar episodios invalidantes y potencialmente mortales.
“Desde el inicio de la pandemia, se redujo considerablemente la movilidad de todos los habitantes de nuestro país, se vio menos gente en la calle, los barrios tradicionalmente laborales con poco movimiento, se redujeron los viajes en subterráneo o en colectivo, la mayoría se inmovilizó en sus casas y abandonó la costumbre de concurrir a su trabajo o reunirse con familiares y amigos; si bien es una situación que afortunadamente poco a poco va volviendo a la normalidad prepandémica, nuestra voz de alerta se dirige mayoritariamente a quienes hayan perdido su nivel de movilidad física a causa del confinamiento y el sedentarismo (factor de riesgo de trombosis) y queremos incentivarlos a retomar y aumentar la actividad diaria para prevenir el envejecimiento y mejorar su salud vascular”, afirmó el doctor Miguel Castro Ríos, médico hematólogo, Coordinador de la Comisión Directiva del Grupo CAHT.
“Si bien personas de cualquier edad pueden sufrir un coágulo sanguíneo, la inmovilidad -generalmente asociada a cirugías o internaciones- es uno de los principales factores de riesgo para desarrollarlo. También incrementan el riesgo poseer algún familiar directo que haya tenido una trombosis sin causa aparente, el consumo de tabaco y de alcohol y la obesidad. Los individuos con obesidad tienen entre 2 y 3 veces más probabilidades de presentar un trombo. Particularmente, en las mujeres aumentan también el riesgo el uso de medicaciones que contienen hormonas -como los anticonceptivos orales y las terapias de reemplazo- o haber dado a luz un bebé recientemente”, sostuvo la doctora Dolores Puente, médica hematóloga, coordinadora del Comité Organizador del Día Mundial de la Trombosis del Grupo CAHT.
Los especialistas destacan que, a partir del inicio de la pandemia, no solo se ha notado una disminución en las rutinas de actividad física producida por el trabajo remoto (home office), sino también conductas sedentarias como ver películas desde la casa y estar mucho tiempo frente a la computadora u otras pantallas.
En muchas personas todo esto se acompañó de un incremento del peso corporal: según un relevamiento llevado a cabo entre octubre y noviembre de 2020 por la consultora Ipsos, 4 de cada 10 argentinos subieron en promedio 7,5 kg a causa de la pandemia, un 28% manifestó haber disminuido el ejercicio físico y el 5% reconoció haberse iniciado en el tabaquismo.
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