Es posible que más de una vez hayas sacudido la cabeza tratando de liberar el agua que se ha quedado atrapada dentro de tu oído tras una ducha o baño. Incluso podrías pensar que se trata de una reacción instintiva y comprensible. Según un nuevo estudio, deberías dejar de hacerlo. Podría causar daño cerebral.
Así lo explican en un trabajo publicado recientemente por investigadores de la Universidad de Cornell, poniendo especial énfasis en los niños pequeños. Al parecer, las fuerzas de aceleración involucradas en la expulsión de agua del canal auditivo humano podrían exponer a esos daños cerebrales. Según el estudio:
«Nuestra investigación se centra principalmente en la aceleración requerida para sacar el agua del canal auditivo. La aceleración crítica que obtuvimos experimentalmente en tubos de vidrio y canales auditivos impresos en 3D fue alrededor del rango de 10 veces la fuerza de gravedad para los tamaños de orejas infantiles, lo que podría causar daño al cerebro».
Los investigadores recuerdan que se necesitarán más pruebas, ya que los experimentos que simulan la cantidad de fuerza involucrada no incluyeron a personas reales. En cualquier caso, la investigación es un recordatorio de lo que probablemente no deberíamos hacer la próxima vez que el agua se atasque dentro del oído.
En cuanto a las pruebas que se llevaron a cabo, para medir las fuerzas necesarias para desalojar el agua de un oído, el equipo diseñó tubos de vidrio de diferentes diámetros, tubos destinados a funcionar como una réplica simplificada de un canal auditivo humano real.
Para diseñar una oreja falsa de la manera más realista posible, imprimieron en 3D un modelo basado en un canal auditivo de una cabeza humana escaneada por TC y recubrieron el interior del tubo de vidrio con silano para que coincidiera con el nivel de hidrofobicidad que se encuentra en canales auditivos reales. Luego insertaron agua en los tubos, antes de colocarlos en los resortes para medir cuánta fuerza gravitacional se requería para expulsar el agua:
«Los resultados revelaron que la aceleración crítica para eliminar el agua del canal auditivo depende en gran medida del volumen y la posición del líquido atrapado dentro del tubo. Descubrimos que la aceleración crítica es del orden de 10 g, lo que puede causar graves daños al cerebro humano. Esta aceleración crítica tiende a ser mayor en tubos más pequeños, lo que sugiere que sacudir la cabeza para drenar el agua atrapada puede ser más laborioso para los niños debido a su pequeño tamaño del canal auditivo en comparación con los adultos»
¿Y qué hacer entonces si notamos cierto “atasco” en los oídos? Como explica el autor principal del estudio, Anuj Baskota, “poner unas gotas de un líquido con una tensión superficial más baja que el agua, como el alcohol o el vinagre, en el oído reduciría la fuerza de la tensión superficial permitiendo que el agua fluya”.
Con información de APSPhysics, IFLS Science
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