Tesla y SpaceX acaparan la mayor parte de la agenda de Elon Musk, pero una de sus empresas más enigmáticas ha empezado a abrirse camino en su feed de Twitter.
El empresario reveló hace unos días que Neuralink se encuentra a la caza de talento. La startup con sede en California, que pretende tejer hilos en nuestro cerebro para conectarlo a una inteligencia artificial (IA), necesita ingenieros que hayan resuelto problemas complejos en dispositivos móviles y portátiles.
“Expertos en sellado, procesamiento de señales, carga inductiva y administración de energía”, tuiteó Musk. Personas capaces de resolver “problemas de producción de alto volumen” de forma fiable y a bajo coste.
If you’ve solved hard problems with phones / wearables (sealing, signal processing, inductive charging, power mgmt, etc), please consider working at [email protected]
— Elon Musk (@elonmusk) July 18, 2020
This would solve a lot of brain/spine injuries & is ultimately essential for AI symbiosis
— Elon Musk (@elonmusk) July 19, 2020
Según Musk, esto solucionará “muchas lesiones cerebrales o vertebrales y en última instancia, será esencial para lograr la simbiosis con la IA”.
Paradójicamente, no hace falta ninguna experiencia previa en neurociencia para solicitar un trabajo en Neuralink. De acuerdo con Musk, lo que sus empleados están tratando de resolver son “problemas de ingeniería eléctrica, electrónica, mecánica y software” en un enlace cerebral y un robot quirúrgico que deberá estar completamente automatizado para realizar cirugías a gran escala.
Más intrigantes son las promesas de lo que ese enlace será capaz de hacer. Según Musk, Neuralink podrá suprimir los disparos neuronales que causan trastornos obsesivo-compulsivos y liberar hormonas como la oxitocina, la serotonina y otras sustancias químicas cuando el paciente las necesite, en esencia controlando artificialmente la sinapsis entre neuronas.
En un apartado más mundano, también nos permitirá escuchar música sin auriculares, directamente en nuestros chips cerebrales. O eso dice Musk, que es conocido por exagerar algunas de sus promesas (y cumplir otras que parecían imposibles).
Y digo “mundano” porque escuchar música sin auriculares no es tan importante como curar una enfermedad, pero el fin último de Neuralink es precisamente mejorar las capacidades del ser humano convirtiéndonos en cíborgs.
El primer paso de Neuralink será tratar los mecanismos cerebrales que causan trastornos como la epilepsia o la depresión, pero Musk no fundó la empresa para curar enfermedades, sino porque está obsesionado con la idea de que la IA nos deje atrás en términos de competencia intelectual.
El enlace cerebral de Neuralink es un hipotético dispositivo en forma de red que se implantará en el cerebro y permitirá a los seres humanos alcanzar niveles más altos de la función cognitiva uniéndonos a esos algoritmos que hemos creado. Ya sabes lo que dicen: si no puedes con tu enemigo, únete a él.
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