Investigadores estadounidenses están advirtiendo del peligro que suponen los robots sexuales dotados con inteligencia artificial.
En concreto, señalan los daños psicológicos y las amenazas morales que estos provocan a los individuos y a la sociedad.
Además, los investigadores dijeron que a esta tecnología no se le vigila lo suficiente porque a las agencias les da pudor investigarla. Por ello piden más acción para prevenir el uso desregulado de este tipo de robots.
«Algunos robots están programados para protestar o crear un escenario de violación sexual», dijo a la BBC la doctora Christine Hendren, de la Universidad de Duke en Carolina del Norte, Estados Unidos.
«Algunos están diseñados para que parezcan niños. Uno de los desarrolladores de este tipo en Japón es un pedófilo reconocido, quien dice que este dispositivo actúa como profiláctico para no volver a lastimar un niño», agregó la doctora.
Memorias sexuales
Algunos robots sexuales se publicitan en línea. Una firma estadounidense, Realrobitx, publicó un video promocionando a su robot Harmony por un precio entre US$8.000 y US$10.000.
Se trata de una muñeca a tamaño real que puede pestañear o mover sus ojos y cuello. También mueve sus labios y habla.
Tiene acento escocés y dice cosas como: «Si juegas tus cartas de forma correcta vas a obtener placer y diversión».
El fundador y director ejecutivo de la compañía, Matt McMullen, explica que Harmony posee inteligencia artificial, lo cual le permite desarrollar una relación con su dueño.
«Recordará cosas sobre ti, tus preferencias, experiencias y lo que no te gusta», dice McMullen.
Kathleen Richardson, profesora de Ética y Cultura de Robots e Inteligencia Artificial en la universidad De Montfort en Leicester, Reino Unido, quiere que este tipo de marketing sea prohibido.
«Básicamente estas compañías te están diciendo que no te preocupes, si no tienes amigo o compañero de vida, pueden crear un robot novia o novia para ti. Una relación de pareja se basa en la intimidad, apego y reciprocidad. Son cosas que no pueden ser replicadas por una máquina», comenta Richardson.
La profesora Richardson aconseja la creación de un grupo que vigile la emergencia de estos productos.
La campaña en contra de los robots sexuales está trabajando con expertos en regulación para vetar afirmaciones sobre que pueden ser sustitutos de relaciones humanas.
«¿Tendremos un futuro donde sigamos normalizando la idea de mujeres como objetos sexuales?», dijo Richardson a la BBC.
«Si alguien tiene un problema con su pareja, se lidia con ello hablando con la otra persona, no normalizando que puedes tener un robot en tu vida que sea tan bueno como una persona», concluyó Richardson.
Con información de El Nacional
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