“Gané esta elección por mucho”, dice el último tuit del presidente Donald Trump, cuya fuente no puede verse porque la red social quitó el enlace por considerarlo falsa información.
En un comunicado enviado a los medios de prensa, el presidente dijo: “Todos sabemos que Joe Biden se está apurando en proclamarse falsamente como ganador, y por qué sus aliados en la prensa están haciendo todo lo posible para ayudarlo: no quieren que la verdad sea expuesta. El simple hecho es que esta elección está muy lejos de acabarse (…) A partir del lunes, nuestra campaña irá a las cortes para asegurar que las leyes electorales se cumplan y el verdadero ganador se proclame”.
Trump obtuvo más de 70 millones de votos, y esa gente no va a desaparecer. Si bien el consenso general indica que Joe Biden es el nuevo presidente electo de los Estados Unidos (como en toda elección en este país, el hecho no es oficial hasta que los electores se reúnen, pero eso no implica que desde que se conocen los resultados la sociedad suele dar por ganador al candidato que llegue a los 270 votos), para Trump y muchos de sus seguidores, esto no es una certeza.
Pero eso no quiere decir que el partido republicano esté dispuesto a pelear junto al Presidente.
Desde que Trump llegara a la Casa Blanca, en enero de 2017, el partido tuvo una relación particular con su líder. Su administración se conformó sobre todo con gente de afuera, haciendo gala de que se trataba de un presidente que no era político.
También tuvo encontronazos con figuras muy relevantes del partido. Una oposición abierta con los dos últimos candidatos a la presidencia por el partido republicano, los senadores John McCain y Mitt Romney. Aunque también aliados incondicionales como Rudy Giuliani y el ex gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie.
Desde la declaración en los medios de la victoria de Joe Biden, ha habido silencio de las principales figuras del partido conservador. O felicitaciones públicas a Joe Biden, como la hecha a través de redes sociales por Jeb Bush, ex gobernador de Florida, hijo y hermano de ex presidentes y ex pre-candidato a la presidencia por el partido quien felicitó al presidente electo y le prometió rezar por él tal como lo ha hecho por todos los presidentes pasados.
Algo parecido hizo el senador Mitt Romney: “Ann y yo extendemos nuestras felicitaciones al presidente electo Joe Biden y a la vicepresidenta electa Kamala Harris. Los conocemos a ambos como personas de buena voluntad y carácter admirable”.
En los últimos días, pocos de ellos se han expresado a favor de las dudas de fraude alegadas por el Presidente Trump. Más allá del equipo del Presidente y Vice-Presidente, donde Rudy Giuliani es una suerte de vocero no oficial, los dos más vocales han sido Newt Gingrich –ex presidente de la cámara de representantes- y el gobernador de Florida, Ron DeSantis. De hecho, DeSantis recibió un agradecimiento público por parte del hijo de Trump por ser el único republicano con un puesto alto en el país que recorrió los canales de televisión defendiendo la teoría del fraude.
El congresista Matt Gaetz, de menor rango, también ha apoyado la teoría del presidente.
Otros tomaron posturas más ambiguas, como el senador Rick Scott, quién sólo afirmó que donaría medio millón de dólares para los esfuerzos legales para comprobar la veracidad de los votos, pero no se lo ha escuchado defender al Presidente Trump. Sus redes sociales en las últimas horas sólo hablan de la tormenta tropical Eta.
Marco Rubio habló acerca de la importancia de que se cuenten todos los votos legales, sin ahondar en su creía que se habían efectuado votos fraudulentos. En las últimas 24 horas se ha llamado a silencio.
Otros republicanos fueron aún más duros, condenando la postura del Presidente. El congresista por Illinois, Adam Kinzinger, quién le pidió al presidente que presente pruebas si tiene dudas de fraude porque por el contrario la situación se había vuelto enfermiza. Los senadores Susan Collins y Pat Toomey se alejaron de la declaración del presidente cuando se les consultó en cámara.
El Senador Ben Sasse, por el estado de Nebraska, pidió que si el presidente y su equipo legal tienen pruebas, las presenten. “Mientras tanto, los votos deben ser contados”.
Buena parte del país hoy dará vuelta la página, con Biden como presidente electo. Pero el proceso seguirá. El Presidente Trump llevará esto a corte y el proceso puede ser largo. En el medio, el partido republicano deberá decidir si se queda peleando con el presidente o si da vuelta a la página también.
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