Mujeres obligadas a emprender viajes dolorosos y costosos para abortar, un número de interrupciones de embarazo que se ha disparado en varios estados: este es el panorama que surge en Estados Unidos desde la eliminación del derecho constitucional al aborto en 2022.
Poco más de un año después de que la Corte Suprema dejara sin efecto el histórico caso Roe vs. Wade, que desde 1973 protegía el acceso al aborto a nivel federal, su autorización volvió a ser una cuestión de estados.
Una parte, dominada por los republicanos, decidió restringir fuertemente el derecho a abortar, o incluso prohibirlo por completo. Otra, mayoritariamente demócrata, aumentó, por el contrario, las protecciones para esta práctica.
Saber cómo ha evolucionado el número total de abortos desde el verano boreal de 2022 resulta extremadamente complicado, sobre todo teniendo en cuenta que los datos están repartidos entre establecimientos médicos y organizaciones que suministran pastillas abortivas por correo.
Pero una primera observación es esencial: el número de abortos ha aumentado, incluso se ha disparado, en varios estados que comparten frontera con aquellos que los han prohibido, según un análisis del Instituto Guttmacher, un importante centro de investigación que defiende el derecho de las mujeres a abortar.
Es posible deducir «que un número importante de residentes de estados donde el aborto está prohibido viajan a estados vecinos para abortar», explica la organización, que se basa en muestras del sistema de salud oficial (hospitales, clínicas, consultorios médicos).
Pastillas por correo
Las cifras del Instituto Guttmacher son sorprendentes. Nuevo México registró un aumento del 220% en los abortos en comparación con 2020. Este estado del suroeste, que ha introducido protecciones contra el aborto, tiene frontera con Texas y Oklahoma, que lo han prohibido, salvo en casos excepcionales.
Lo mismo ocurre con Illinois, vecino de Indiana y Misuri, que experimentó un aumento del 69%, y Colorado (+89%), rodeado por los restrictivos Wyoming, Utah, Kansas y Nebraska.
Esta tendencia fue confirmada por la Federación Nacional por el Aborto. «Durante el año pasado, hemos visto a más personas que nunca viajar para acceder» al aborto, explicó en junio una de sus gerentes, Veronica Jones.
La organización afirma que de julio de 2022 a mayo de 2023 ayudó a financiar 982 viajes en avión, tren o autobús, un aumento del 235% respecto al mismo periodo del año anterior.
Cuando no hay posibilidad de viajar, las mujeres logran obtener pastillas abortivas compradas en otros estados o en el extranjero.
A finales de 2022, un estudio publicado en la revista científica JAMA indicó que las solicitudes de las mujeres estadounidenses para que se les enviaran pastillas abortivas por correo desde el extranjero habían aumentado significativamente.
Desde entonces, varios estados, como Nueva York y Massachusetts, han adoptado las llamadas leyes «escudo», para proteger de la persecución y la extradición a los profesionales de la salud que residen en sus hogares y envían estas pastillas a estados donde el aborto está prohibido.
Linda Prine es una médica involucrada en la organización activista Aid Access. Ejerce su profesión en Nueva York, que adoptó su legislación «escudo» en junio. Durante el mes siguiente, Aid Access envió pastillas a 3.500 personas que viven en estados donde el aborto está prohibido. Desde entonces, las cifras se han duplicado y siguen aumentando, afirma Prine a la AFP.
Aumento de abortos por viajes
En este panorama cambiante, los expertos hablan con cautela. Isaac Maddow-Zimet, investigador del Instituto Guttmacher, precisa que el aumento del número de abortos en varios estados se empezó a observar en 2019. Y que la restricción del aborto en Texas (30 millones de habitantes) en 2021 tuvo un impacto muy importante en los viajes en este estado.
También es posible, afirma a la AFP, que la ampliación del acceso al aborto en algunos estados, por ejemplo en las zonas rurales, contribuya a este aumento.
Pero «la magnitud del aumento es tal que estamos casi seguros de que se debe al aumento de los viajes» desde estados donde el aborto está restringido o prohibido, añade.
Alison Norris, profesora Universidad Estatal de Ohio y copresidenta de #WeCount, un proyecto de investigación que recopila datos de centros de aborto, también cree que los aumentos se deben en parte a «las personas que han podido superar barreras y lograr viajar a otro estado».
Debido a esta realidad, el aumento de abortos no debería ocultar las dificultades a las que se enfrentan estas mujeres, insisten los dos expertos. Pagar el viaje y/o el alojamiento, solicitar tiempo libre en el trabajo, organizar el cuidado de los niños, dice Maddow-Zimet. Estos viajes representan una verdadera «carga logística y financiera».
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