Investigadores de Israel y España descubrieron que los organismos unicelulares pueden aprender y preservar recuerdos, lo que puede conducir a nuevos tratamientos de memoria para pacientes con Alzheimer, dijo el Instituto Nacional de Biotecnología de Israel en el Negev (NIBN) Domingo.
El estudio, publicado en la revista Nature Communications, fue realizado por investigadores de la NIBN, la Universidad Ben Gurion y la Universidad del País Vasco en el norte de España.
El equipo está formado por investigadores con diferentes antecedentes científicos, incluidos investigadores del cerebro, matemáticos, investigadores del cáncer y patólogos.
Hace más de 100 años, el fisiólogo ruso Ivan Pavlov descubrió los conceptos básicos del aprendizaje animal al realizar una serie de experimentos que muestran a los perros aprendiendo a asociar señales, como sonidos particulares, con la comida.
Estos hallazgos, en el campo del aprendizaje asociativo, allanaron el camino para un campo completo de la ciencia del comportamiento en estudio.
Hasta ahora, el aprendizaje asociativo, que es el principal tipo de aprendizaje en el que las criaturas responden adecuadamente a los cambios en su entorno, se ha encontrado en una gran variedad de criaturas, desde moluscos hasta humanos, pero nunca se ha observado en células unicelulares.
Los investigadores israelí-españoles primero demostraron que el aprendizaje también existe en los microorganismos de ameba proteus, que se mueven a través del rastreo típico.
Los investigadores colocaron las amebas en un campo eléctrico con solo comida en el polo positivo, y descubrieron que la mayoría de ellas se movían hacia este lado, en contra de su tendencia natural a moverse hacia el polo negativo en un campo eléctrico.
Sorprendentemente, incluso después de retirar la comida, las amebas continuaron moviéndose hacia el lado positivo, lo que significa que «recordaron» que tenía comida.
Los investigadores explicaron que la memoria en criaturas unicelulares se almacena en redes complejas de proteínas en la célula y cambia con frecuencia según el entorno.
Según los investigadores, el estudio abre una nueva era de exploración de nuevos mecanismos por los cuales las células se adaptan a su entorno.
Comprender estos mecanismos puede contribuir aún más a una mejor comprensión de los procesos biológicos importantes, como el movimiento celular durante el desarrollo embrionario, el movimiento de las células cancerosas, así como los procesos de aprendizaje y memoria.
Xinhua
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